Recorriendo las veredas que desde Montaione se dirigen hacia S. Stefano encontramos “le crete”, montañas de arcilla o mejor dicho de “mattaione” como se dice por estos lares, descoloridas y marcadas por las lluvias, casi desvestidas, porque solo en las faldas crecen las ginestas y el espino albar, en un paisaje lunar interrumpido solo por el pastorear de las ovejas y del vuelo de los rabilargos. Improvisamente el paisaje cambia, el suelo reluce fresco y fértil, las alineadas viñas revisten las redondas montañas, así como los olivos, que producen el mejor aceite al cual el mejor paladar pueda anhelar: aquí, rodeado de este verde paraíso terrestre, encontramos el complejo de “Le Querciole”.

Desde muchos años ofrecen hospitalidad no solo a los turistas amantes de la tierra “Toscana”, bien si un ambiente de tranquilidad al aire libre.

Para comprobar la “magia” de esta minúscula parte de la Toscana, rica de historia, de encantadores panoramas, en donde sus bosques de fuerce, en otoño, emanan el aroma de los hongos y se sienten caer las castañas, es así cercana la naturaleza al punto de sentirse participar en Ella: vengan a visitarnos y comprobaran la atmósfera que reina en este lugar.

Con saltos en piscina, paseos largo la campiña, juegos en los parques, música y bailes, las suyas serán unas verdaderas vacaciones, el ruido impertinente de la ciudad se convertirá en un lejano recuerdo.

Gloria y Enrico, juntos al personal, los recibirán con placer y amistad.

¡ Hasta pronto !


   
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